Ayer cumplimos el primer mes en Edimburgo. Además de haberse pasado rapidisimo, tenemos la sensación de que llevamos aqui mucho más tiempo. Mientras nuestros amigos y familiares no han hecho nada en Agosto, aparte de unas vacaciones y algo de playa, nosotros hemos puesto en marcha nuestra vida aqui. Llenamos la despensa, hicimos trámites para el número de la seguridad social, el carnet de la biblioteca, el tax code y la asignación de un médico de cabecera. Y hemos empezado a conocer la ciudad de una forma más local. Menos turística.
Una de las cosas que más nos repiten los nativos escoceses es que Edimburgo no es como la hemos conocido en Agosto. El Festival Fringe ha inundado las calles con un montón de gente y con más de dos mil espectáculos que nos han mantenido muy ocupados. Parece que en Septiembre la ciudad recobra un aspecto mucho más tranquilo y todo el mundo se pregunta ¿dónde está la gente?
Con la llegada del otoño también nos vamos a enfrentar al reto de la bajada de las temperaturas. En pleno Agosto es raro el día que superamos los veinte grados y mucha de la ropa que nos poníamos en Madrid en invierno la estamos usando ahora. Es muy probable que tengamos que hacer una pequeña inversión en ropa de abrigo: todo el mundo que ha vivido aqui durante el invierno nos dice que un abrigo impermeable hasta los pies es la mejor opción, ya que las frecuentes lluvias acompañadas de viento hacen que el paraguas sea absolutamente inservible. Tras una exhausta investigación hemos encontrado que Zalando vende bastantes cosas de «North Face», que es todo un referente. Y si no, siempre podemos probar con ropa diseñada para hacer esquí: al fin y al cabo hay más de una marca deportiva con mucho estilo. Toca renovar el armario viajero para adaptarse a las bajas temperaturas.

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